Las parasitosis han sido en todos los tiempos un problema de salud pública de marcada relevancia en el mundo, principalmente en países de economías emergentes, donde numerosos estudios demuestran que uno de los factores interviniente son las condiciones de salubridad básicas insatisfechas, siendo de este modo el canal principal entre las formas evolutivas infectantes de los enteroparásitos y sus hospederos, generando significativos índices estadísticos alarmante de su presencia, poseen una tasa de mortalidad relativamente baja, sin embargo, pueden presentar complicaciones graves que pudiesen comprometer la vida del hospedador.

Las enfermedades parasitarias constituyen un problema de Salud Pública, por su alta frecuencia en países en vías de desarrollo de Asia, África y Latinoamérica, por su presencia en países desarrollados, por la migración de individuos provenientes de países del Tercer Mundo y por su alta morbilidad.

Se calcula que existen 2800 millones de personas infectadas por geohelmintos,  1200 por Ascaris lumbricoides, 795 por Trichuris trichiura y 740 millones por uncinarias: Necator americanus y Ancylostoma duodenale. 

Según la Organización Mundial de la Salud existirían 200 millones de individuos con Esquistosomas, 120 con filarias linfáticas y 37 millones con Onchocerca volvulus (ceguera de los ríos). Entre 20 y 30% de la población mundial presenta una infección por Toxoplasma gondii. En relación con la malaria, se producen actualmente entre 300 y 500 millones de casos nuevos por año, y en ese periodo fallecen más de un millón de menores de cinco años de edad por esa zoonosis. En la actualidad existen 8 a 10 millones de personas infectadas con Trypanosoma cruzi, agente etiológico de la enfermedad de Chagas en Latinoamérica y se dice que al año se originan de 1.5 a 2 millones de casos de leishmaniasis cutáneas y 500 000 de la forma visceral. 

Es por ello que como profesionales de la salud debemos actualizarnos con el estudio de las enfermedades parasitarias, para poder realizar un abordaje de las mismas desde el punto de vista clínico, biológico y de diagnóstico de laboratorio.

La parasitosis es una enfermedad causada por organismos parásitos que invaden y se alimentan de un huésped. Los protozoarios intestinales son un tipo de parásito que se encuentra comúnmente en el tracto gastrointestinal humano. Hay varios tipos de protozoarios intestinales, cada uno con sus propias características y síntomas.

Uno de los tipos más comunes de protozoarios intestinales es Giardia lamblia. Este parásito se encuentra en todo el mundo y es más común en áreas donde el suministro de agua es inseguro o donde la higiene es deficiente. La giardiasis es la enfermedad causada por Giardia lamblia y puede causar diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y pérdida de peso. En algunos casos, la giardiasis puede ser grave y requerir hospitalización.

Otro protozoo intestinal común es Entamoeba histolytica. Este parásito también se encuentra en todo el mundo y se transmite a través de alimentos y agua contaminados. La amebiasis es la enfermedad causada por Entamoeba histolytica y puede causar diarrea, dolor abdominal, fiebre, pérdida de peso y, en casos graves, abscesos hepáticos y colitis amebiana.

Cryptosporidium es otro protozoo intestinal que puede causar enfermedad en humanos. Este parásito se transmite a través del agua contaminada y puede causar diarrea acuosa, náuseas, vómitos, dolor abdominal y fiebre. La cryptosporidiosis puede ser especialmente peligrosa para las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como los pacientes con VIH/SIDA.

La prevención de la parasitosis intestinal es importante para evitar estas enfermedades. Esto se puede hacer evitando alimentos y agua contaminados, lavándose las manos con frecuencia y manteniendo una buena higiene personal. Además, se deben tomar medidas para tratar los casos de infección para prevenir la propagación de la enfermedad a otras personas.

El tratamiento de la parasitosis intestinal generalmente implica el uso de medicamentos antiparasitarios, que matan los parásitos en el cuerpo. La duración del tratamiento varía según el tipo de parásito y la gravedad de la infección.

En conclusión, la parasitosis intestinal causada por protozoarios intestinales es una enfermedad común que puede causar una serie de síntomas desagradables. La prevención es clave para evitar la infección, y el tratamiento adecuado es esencial para prevenir la propagación de la enfermedad. Si experimenta síntomas de infección por protozoarios intestinales, es importante buscar atención médica para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Si quieres saber más sobre el tema de protozoarios intestinales, te invitamos a conocer nuestro microcurso: Parasitosis: Protozoarios intestinales. Puedes solicitar información haciendo clic aquí.

También puedes suscribirte a este blog a través del formulario que se encuentra a continuación y así podrás mantenerte al tanto de nuestras actualizaciones: